En esta parte del Amnesia tuvimos que meternos en la refinería de Alexander. Para eso usamos el pote de ácido en ese moco rojo de los bichos que nos tapaba la entrada. Ni bien entramos apareció el primer monstruo, que nos quería molestar un poco, pero nosotros lo pudimos evadir. Encontramos un cuarto secreto al que se podía acceder solamente agachándose por un agujero y logramos activar una palanca para abrir otra puerta. En el medio de todo el misterio, un fantasma bien troll nos cerró la puerta casi haciéndola giratoria y Daniel se volvió re loco.